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El desahucio del Rey del Mundo. Capítulo II. Tomando tierra.
Por Francisco Betes | diciembre 27, 2010
Capitulo II
Tomando tierra.
Terminó el desayuno y se recostó en su cómodo asiento de business del avión que le conducía a Zurich. Iba a ser una negociación complicada y la había preparado con todo cuidado los tres días antes. El tema económico era fundamental y tenía muchas variantes posibles, pero también le importaba negociar una salida por la puerta grande de la compañía. Quería alfombra roja, trompetas y discursos, y debía hacer ver a aquellos suizos sin alma que esto era importante para la evolución futura de la filial española, aunque él sabia bien que la razón era que su autoestima ya tan dañada no podía soportar una salida fría.
Repaso mentalmente todos los capítulos de la negociación económica. La indemnización legal, la indemnización voluntaria, la póliza de jubilación, el plan de acciones de la compañía, un puesto de consejero en la filial española, la utilización de un despacho y servicio de secretaria, un acuerdo como asesor que le permitiera obtener unos ingresos fijos durante al menos cinco años. Una vez más repaso uno por uno todos los argumentos favorables que se le habían ocurrido para cada una de sus peticiones. Sabia perfectamente los que eran indiscutibles y aquellos que eran más flojos, pero estaba dispuesto a defenderlos todos ellos con la misma firmeza. O tal vez seria mejor adoptar una posición de negociación más impersonal, como si realmente fuera a una de sus presentaciones de resultado, en las que están en cuestión las cifras y los negocios pero no las personas. Se acordó del chiste que le contó en ingles, el Responsable del Área de la Zona Oeste de Estados Unidos de la Compañía: “en el plato del desayuno típico de huevos con bacón, la gallina esta involucrada y el cerdo implicado”. Si, definitivamente lo negociaría así, concernido por el tema pero no implicándose personalmente. Los suizos son muy fríos y hay que procurar no perder la calma. Le pareció que había llegado a un punto importante para la negociación y se dedico a mirar por la ventanilla. El día era inusualmente claro y podían verse el paisaje verde y las montañas al pie del avión. Inconscientemente, como le venia pasando en los últimos días volvió a repasar su trayectoria profesional.
Alberto Kent había nacido en Logroño hacia 54 años. Su padre era un medico riojano, y de sus antepasados conocidos no recordaba a ninguno que no hubiera sido español. No obstante se atribuía el origen del apellido a un soldado que había venido a España con el Duque de Wellington en la Guerra de la Independencia y que al parecer se habría quedado por estas tierras. Una vez terminados sus estudios de bachillerato con brillantes calificaciones, se traslado a Madrid para estudiar en una conocida escuela de negocios. Su carrera universitaria le había confirmado su vocación por los temas relacionados con la economía y negocios y en especial su capacidad y gusto por las materias y los temas de orientación al resultado. El master en economía aplicada que realizó en la universidad de Berkley en Estados Unidos fue el colofón de una formación muy completa. A continuación trabajo durante dos años en Nueva York para uno de los mayores brokers de Wall Street. De vuelta a España paso por el departamento comercial de uno de los principales bancos, antes de ser nombrado Director Administrativo de una empresa de tipo medio, para pasar después al puesto de Controler de la nueva filial en España de la empresa suiza de componentes electrónicos ACC. Cinco años después le ofrecieron el puesto de Subdirector General, Responsable del Área de Operaciones y dos años después ocupo el puesto de Director General y primer ejecutivo de la filial española.
Al pensar en su trayectoria profesional, Alberto sonrió, siempre se la había imaginado como una escalera en la que iba subiendo peldaño a peldaño, con la ilusión de conseguir pasar el siguiente, pero sin ninguna obsesión por llegar al máximo. Siempre había pensado que no era un hombre especialmente ambicioso, aunque si es cierto que tenia la ambición de que las cosas se hicieran como él creía que debieran de hacerse. En definitiva era una ambición de poder que justificaba a sus ojos por la necesidad de ser eficaz.
La azafata le ofreció unos auriculares. Los acepto, conectó el canal de música clásica y abatió el asiento.
Marta, su mujer, había estado sensacional. Había criticado hasta el insulto a aquella panda de inútiles que no sabían valorar las aportaciones de cada uno. Frente a sus sentimientos de falta de agradecimiento y de reconocimiento a su labor, su mujer atacaba la falta de nivel profesional que tenían los que tomaban esas decisiones.
-“Inútiles, son unos inútiles, te lo digo yo y van a llevar a la compañía a la quiebra, pero ese será su problema”.
Alberto había sentido un enorme agradecimiento hacia su mujer porque esas palabras actuaban como un bálsamo en su afligido ego y le permitirían aguantar mejor el doloroso momento que se presentaría cuando tuviera que hacer publica la decisión.
-“Sácales hasta el ultimo duro, y olvídate de ellos”.
Ese fue su consejo y eso es lo que se propuso hacer en la negociación en la que se enfrentaría a su llegada a Zurich.
Cuando bajaba por las escalerillas del avión, Alberto pensó que llevaba bien planteada la negociación y que el resultado seria positivo. De lo que no sabía nada era sobre la reunión del Comité de Dirección de ACC Componentes tres meses antes. La ultima planta del edificio en la sede Central esta ocupada por el gran despacho del Presidente, una amplia habitación en la que trabajan sus dos secretarias y dos salas de reunión, la del Consejo de Administración y la denominada “Petite salle” donde se reúne el Comité de Dirección de la firma, todos los lunes a las 14.30 h. El Comité esta compuesto por el Presidente Ejecutivo, y los directores de las áreas internacional, financiera, fabricación, sistemas, recursos humanos y relaciones institucionales. El responsable del área Internacional tiene un gran peso porque el 85 % de la cifra de negocio se hace fuera de Suiza y actúa como el coordinador y jefe jerárquico de los Directores Generales de las filiales. Aquella reunión estaba destinada a analizar los resultados de cada uno de los 8 países en que la firma esta implantada. Los negocios iban bien y la reunión transcurría sin sorpresas. La presentación correspondía a Peter Slusche y al terminar el informe sobre España, añadió:
_“En España no vamos mal pero deberíamos ir mejor. Estamos perdiendo oportunidades de mercado. Recientemente nos hemos quedado fuera de los proveedores de un nuevo fabricante de automóviles coreano que va a instalar una fábrica de montaje. Siempre ha sido la joya de la corona y ahora se esta quedando atrás.”
-“¿Hemos perdido cuota de mercado? pregunto el Presidente.
-“No, de hecho la hemos aumentado unas décimas, pero estoy convencido que el funcionamiento interno deja que desear”
-“Desde el punto de vista de la fabrica de Tudela, lo que yo puedo decir es que tiene los mejores ratios de productividad y calidad” afirmo el director de fabricación.
-“En que se basa, Doctor Slusche para decir que internamente no funciona bien”, se intereso Hens.
-“Tengo un informe confidencial que pone de manifiesto muchas deficiencias organizativas”
-“Quien es el autor”
-“ Roland Bewger”
-“Comprendo… y dígame Slusche quien seria el nuevo director de la filial española si decidiéramos quitar a Alberto Kent”
-“Naturalmente seria Roland, pero…”
-“No sea pueril, Slusche” le interrumpió el Presidente.
Se hizo un silencio embarazoso en la sala. Era totalmente inusual una intervención tan abrupta, en los oídos de todos había sonado como un insulto. Slusche farfullaba otras razones y argumentos para sostener su punto de vista.
-“Necesitamos un cambio, un cambio completo para relanzar la filial y además Alberto tiene ya 54 años…” Se dio cuenta que esto ultimo había vuelto a irritar a Hens que acaba de cumplir 59.
Nuevamente se produjo un silencio incomodo. Hens se contuvo antes de decir lo que realmente pensaba, porque su intervención anterior había sido dura y si volvía a reprender a Slusche, abría un frente incomodo. Al fin y al cabo era en la práctica el segundo de abordo y su sucesor ”in pectore”. Así que dio marcha atrás.
-“Si esa es su opinión prepare un informe monográfico sobre España y tomaremos una decisión la semana que viene”.
Slusche se había salvado. Si el Presidente hubiera vuelto a llamarle la atención podría haber pasado de tiburón a carnaza en un solo acto. Pero no el Presidente no se había atrevido con él. Ahora lo único importante era preparar bien el informe para el siguiente comité. Cuando había reentrado esa mañana en la Petite salle no pensaba en sustituir a Alberto , pero tal y como se habían puesto las cosas estaba claro que Alberto tenia que salir, y el Presidente debía aceptar que en el área internacional el que mandaba era él.
La jornada de Alberto en Zurich se desarrollo de manera muy diferente a como el había preparado. Fue una día especialmente duro. Por primera vez en diez años no enviaron un coche a recogerlo al aeropuerto, el Dr. Peter Slusche, el director internacional de ACC y su jefe directo le hizo esperar mas de media hora. Nadie había previsto almorzar con él y el Presidente de ACC, el Dr. Hens, no encontró hueco en su agenda por primera vez en los últimos diez años para recibirle, ni siquiera para saludarle cinco minutos.
La entrevista con Peter Slusche fue fría pero correcta. Le entrego una nota donde figuraba la indemnización legal, la póliza de jubilación consolidada a la que tenía derecho, y el plan de acciones con los títulos a la fecha.
Alberto esperaba mas, mucho mas, y dominando su ira, acertó a decir:
-“Eso es exactamente a lo que tengo derecho. No hay ningún esfuerzo por parte de la compañía. Confiaba en que la compañía fuera generosa”.
-¿Que es para ti generosa? pregunto Slusche.
Esto le dio oportunidad para comunicarle punto por punto todas sus peticiones. Slusche tomo nota y le dijo “recibirás nuestra contestación” poniéndose de pie y dándole la mano.
-Antes de que te vayas, quiero preguntarte si estarías dispuesto a seguir como adjunto del nuevo director un par de años. Te respetaríamos tu salario fijo.
-Si no te sirvo como director , no se en que te voy a servir como adjunto.
-Nos gustaría tenerte con nosotros para conseguir una buena transición tanto interna como externa.
-“No gracias”, dijo Alberto, y salio del despacho cerrando la puerta ligeramente mas fuerte de lo estrictamente necesario.
En el viaje de vuelta pidió un güisqui y rechazo la cena. Saco unas gafas de sol de su maletín como si fuera a dormir, aunque solo pretendía disimular sus ojos acuosos. Se sentía destrozado. El había sido siempre una persona entusiasta y entregada a su trabajo y ahora le pagaban así. No sabía si le dolía más la oferta tacaña o la falta de interés por él, como persona, por su futuro, por su familia. Que error, que inmenso error había cometido al no darse cuenta que no era mas que un empleado, bien pagado cierto, con todas las ventajas incorporadas a un buen puesto, pero en definitiva un empleado y no parte de un equipo humano solidario e integrado. “Bien, ahora me doy cuenta de que he estado muy equivocado, pero o me hago una nueva composición de lugar, y entiendo la situación tal y como es o voy a salir fatal”. Si claro, debía olvidarse de sus pueriles sentimientos de pertenecía y negociar duro lo mas duro posible las compensaciones de salida, pero no por hacer pagar a la empresa su ingratitud, sino para garantizarse una situación económica saneada a futuro. Tenia que ser muy frío. “Tengo que copiar la actitud distante de los suizos. Va a ser duro, muy duro” pensó” pero tengo algo a favor, les preocupa el daño que pudiera hacerles desde fuera”.
“Señorita otro güisqui por favor”
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15 Respuestas a “El desahucio del Rey del Mundo. Capítulo II. Tomando tierra.”
Comentarios
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diciembre 27th, 2010 a las 20:45
Esto se pone interesante, Paco. Ya nos irás contando más. El dilema que se me presentaría si yo fuera tú (el autor) es el de establecer el equilibrio entre la realidad más descarnada a la que parece que apunta la trama y algún desenlace algo más suave para generarnos a todos algo de esperanza. Pero (he aquí el dilema), …¿ la hay realmente o el modelo es ese y como tal hay que aceptarlo, a pesar del posible enfoque «novelesco» que le asignas a tu opus? Ya nos lo irás desvelando. Un abrazo, Prudencio
diciembre 27th, 2010 a las 21:22
Se pone bien, hay mas acción, especialmente el relato de la Junta Directiva. Creo que el juego de poder que se presenta es muy interesante.
Estaría bien recrear alguna de las humillaciones recibidas, en lugar de relatarlas.
Quizás sea bueno presentar como es Marta que, supongo, tendrá un papel relevante en la novela. También supongo que llegaremos a conocer a Roland
diciembre 27th, 2010 a las 21:45
Sigue así.Como regla general no creo que sea descarnado sino muy real.Es el fenómeno de la temporalidad del sillón,de la mucha gente no se da cuenta.se vale mientras se esta en el sillón,fuera de el la realidad es dura
diciembre 28th, 2010 a las 0:12
Paco esto va tomando cuerpo y la verdad es que me gusta mucho. Estoy deseando que publiques mas.
Un abrazo.
diciembre 28th, 2010 a las 14:06
Me parece excesivamente concentrada la acción, lo que pudiera ser la causa de dificultades en continuar la obra. Parece que pudieras haber añadido las causas de la actitud del tal Slushe.
Coincido con José María, en especial en la necesidad de delinear en alguna medida la personalidad del protagonista y la de Marta. Ambos caen directamente del cielo.
Tal vez me pase de crítico, pero como me gustan mucho tanto el tema como el enfoque prefiero destacar los potenciales huecos.
Adelante, Paco. Un abrazo
diciembre 28th, 2010 a las 15:56
-Mejorar ortográficamente.
-Lo siento, pero no me ha gustado el papel de la esposa. Demasiado breve y vulgar. Bebería asumir mas autocrítica. Prepararle al marido para el chasco de Suiza.
-Magnífica la reacción de la multinacional suiza. No somos nadie.
Espero que en adelante existan connotaciones sociales (compañeros, esposa, amigos intimos, juegos de poder)
-Te alabo y te envidio. ¡Adelante!
diciembre 28th, 2010 a las 17:40
Paco, me gusta el contenido y, sobre todo, como lo cuentas.
A Alberto le ha pasado lo que le ocurre a muchos profesionales: se ha dejado las pestañas en la empresa, abandonando una parte muy importante de su vida personal, y al final «se ha caido del guindo» y se ha dado cuenta de que era un simple empleado, Director General, pero simple empleado.
El capital es muy frio y cuando tiene que tomar una decisión la toma sin contemplaciones y entonces es cuando te das cuenta de eres eso, un simple empleado.
Cuando ocupas una posición de responsabilidad tienes un importante compromiso con la organización y tienes que cumplirlo seriamente, pero eso no te puede llevar a abandonar familia, amigos, ocio, etc., y sacrificarlo todo por la empresa.
diciembre 28th, 2010 a las 19:37
Pues la verdad es que ahora me está empezando a interesar y mucho. La descripción de la entrevista es estupenda y se va perfilando alguno de los caracteres. Como dice José María (me beneficio de haber contestado más tarde) el personaje de Marta debería empezar a tomar cuerpo y recrear situaciones haría más interesante para el lector las distintas anécdotas. Relatarlas está bien, pero nos va a dar para un relato corto. Bueno, como siempre puede haber una segunda lectura por tu parte, esto es algo que, de considerarlo necesario, se puede enmendar. Me ha gustado, de verdad
diciembre 28th, 2010 a las 20:02
Paco, en mi modesta opinión, esta segunda parte mejora muchísimo el relato. Engancha. Enhorabuena.
Únicamente dos apreciaciones:
1. Creo que la descripción de algunos personajes debería ampliarse un poco más, aunque depende de la longitud que hayas pensado para el relato, claro. Marta y Roland (ya citados), así como algún colaborador de Alberto (Romero, de Compras… ¿se tratan de usted?)
– Un tema menor: la reunión del comité me parece brillante, muy ágil, así como la conclusión de la misma. Es muy real. No obstante hay un momento en que se descubren los pensamientos privados de dos personajes distintos, y creo que eso no es conveniente, ya que da lugar a posibles equívocos. Creo que en cada escena (si no en todo el relato) sólo se deberían acceder a los pensamientos privados de una sola persona, no de varias. El reso deberían ser indicios o suposiciones del protagonisma o del relator.
Estoy deseando leer la tercera parte.
Ánimo.
diciembre 28th, 2010 a las 21:11
He leído los dos capítulos y, si pienso en una novela, creo que habría que meter en el ajo algo más de varios personajes que se cruzan en el camino del protagonista.
Se me ocurre empezar a contar/inventar trayectoria paralela del querido Roland, para ver sus ambiciones, forma en que consigue el apoyo de Slusche y de alguna manera (sea positivo o negativo) ver donde acaba y con qué se encuentra al final de su maniobra. Esto permitiría liberar al personaje central, más adelante, de ese lastre y ver como se aleja de su recuerdo.
Doy por sentado que el resultado final para el protagonista es positivo, sobre todo cuando descubra que su vida no era solo aquello y que está disfrutando de nuevo de otros valores, tal vez más profundos, que los que tenía antes.
Otra idea para el guión (si intuyo que refleja bastante una vivencia real) sería meter en el ajo a otro/os personajes que tengas experiencias opuestas o parecidas y que se cruzan con el personaje para aportarse mutuamente los valores e intereses sobre los que va a desarrollar su nuevo futuro.
diciembre 28th, 2010 a las 22:01
Leer a los colegas facilita bastante el tema para poder opinar. Creo que coincido con Rafael Fernandez en lo que hace referencia a la longitud que le dedicas a algunos personajes. Creo que deberias adornar mas las situaciones para evitar que se convierta en un «relato corto»como sugiere Angel. Podrias relatar que cuando la esposa esta criticando al suizo estan en la cama o cenando tomando unos G&T en algun sitio , no se cosas como esas.
Un abrazo y animo que seguro te lo publican.
diciembre 28th, 2010 a las 23:12
Paco, la verdad es que me encanta y has elegido un tema apasionante. Coincido con algunos comentarios previos en que la acción está demasiado concentrada y quizás sería conveniente diluirla un poco.
Mi sugerencia para que salgas del atolladero y puedas terminar brillantemente esta muy prometedora obra, además de hacerla más atractiva para los lectores que no se apasionan con temas empresariales, es que alteres el orden de los capítulos y te inventes una historia previa.
Me explico.
Si en vez de seguir un orden cronológico normal empiezas en la época actual, de ahí vas a lo que pasó veinte años antes, vuelves a la actualidad, retornas a quince años antes, de nuevo la época actual, revives su noviazgo y algo de su vida universitaria etc…etc… creo que podrías dar más tensión, interés y simpatía por el protagonista al compartir con el lector sus «años mozos».
Si necesitas meter más personajes un par de estudiantes compañeros de carrera, y otro de su master, pueden cumplir este papel.
Me gusta cómo redactas, tiene gancho, pero sigue habiendo erratas y faltas de acentuación.
Un abrazo . – Jaime.
enero 2nd, 2011 a las 19:46
Paco. Vas muy bien. C
enero 2nd, 2011 a las 19:50
pACO CREO QUE HAY MUCHO TEMA. cREO QUE DEBES SER MAS DESCRIPTIVO CON LOS LUGARES EN QUE SE DESARROLLAN LOS HECHOS, ATENUAR LA CONSIMERACIÓN DEL PERSONAJE CONSIGO MISMO Y DESCRIBIR MAS PROLIJAMENTE LAS RAZONES Y EMOCIONES DE TODOS LOS PERSONAJES DE ESTA TRAMA QUE DEBE AMPLIARSE AL SOLO «DESPIDO» DEL PROTAGONISTA Y ENTRAR EN OTRAS TRAMAS DE LA REAL VIDA EMPRESARIAL «OCULTAS» AL GRAN PUBLICO. ANIMO
enero 2nd, 2011 a las 20:36
Paco: he leido los dos capítulos juntos y ambos me han enganchado de veras y estoy deseando recibir el tercero.
Ya ha habido muchos comentarios de uno y otro y coincido en que puede hacer falta ampliar la descripción de personajes siempre que vayan a tener luego una continuidad y la narrativa de cómo se producen los encuentros. Me temo que si no abres más el abanico la novela se va a quedar corta, lo que sería una pena, pues el tema es reflejo de la cruda realidad del mundo de la empresa y de toda organización en la que exista lucha de poder y tiene mucho interés.
Tu forma de narrar engancha y la presentación ha mejorado mucho en el segundo. Te animo a seguir adelante pues vas en la buena dirección.