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Por Francisco Betes | noviembre 28, 2008
Si ustedes se sientan ante la televisión y con paciencia no cambian de canal ante un bloque de anuncios, observaran que si en alguno de ellos aparece una persona con mas de 50 años esta anunciando o un plan de jubilación, o una pasta para dentadura postiza, o una braguita absorbente para la incontinencia. A renglón seguido aparecerá un “treintañero” conduciendo un automóvil mercedes descapotable de mas de 60.000 €. A todos nos parecerá normal, aunque al salir a la calle y ver el automóvil del anuncio, apreciemos que el conductor tiene el pelo gris. . La sociedad esta dominada por la moda joven. De hecho ya los sustantivos joven y viejo son claramente adjetivos calificativos. Lo joven es ágil, rápido, innovador, interesante. Lo viejo es lento, oscuro, inútil, caduco.
Si esto fuera así en una sociedad en la que predominaran los jóvenes, podría entenderse que están utilizando su peso, pero en la sociedad actual ocurre todo lo contrario y en los próximos años será mucho más acusada la diferencia. En el 2025 mas de la mitad de la población tendrá mas de 50 años. La esperanza de vida ha pasado de 40 años a principios del siglo XX a 80 años a principios del siglo XXI. En un articulo reciente Carlos Martínez Alonso, investigador y circunstancialmente Secretario de Estado, defendía la innovación en una sociedad que envejece rápidamente, y que va a seguir haciéndolo durante muchos años. Comentaba Martínez Alonso determinados experimentos hechos con la mosca del vinagre que auguraban que la esperanza de vida podría aumentar hasta 5 y 6 veces. No puedo imaginarme todavía una persona con mas de 500 años, pero si creo muy posible que a finales de este siglo la esperanza de vida se sitúe en los 120 años. En estas circunstancias parece sorprendente el descubrimiento que realicé en la hemeroteca municipal del periódico El Sol que en el año 36 publicaba la siguiente noticia: “Un tranvía atropella y mata a un anciano de 50 años”.
La sociedad cambia no solo porque la esperanza de vida crece de forma acelerada, sino también porque las personas mayores viven su vida con mucha mayor calidad. Las capacidades físicas e intelectuales a través de los últimos adelantos y las formas de vida mas sanas, consiguen capacidades intelectuales y físicas casi plenas hasta edades muy avanzadas que podemos situar hoy en los 70 años. Pero además de este incremento de la esperaza de vida, el descenso de la natalidad ha sido espectacular. En la India nacen en 6 días las mismas personas que en toda Europa durante un año. Es casi aterrador. Si a esto añadimos un alargamiento de los periodos formativos y el proceso nunca terminado, y que posiblemente se relance con la crisis actual, de prejubilaciones a los 52 años, tenemos todos los elementos para configurar la carrera de un directivo que estaría sujeta a la regla del 27 por 3. 27 años de crecimiento y formación, 27 años de trabajo y 27 de retiro y jubilación. Los últimos 27 años son muchos para no hacer nada. La noticia reciente de que Telefónica va a prejubilar a 700 personas a partir de los 48 años confirma esta hipótesis. ¿Que puede hacer una sociedad que ve crecer exponencialmente el numero de sus mayores? ¿Es lo mejor apartarlos, darles su pensión, atenderlos sanitariamente y dejarlos aislados o pueden ser parte activa de la sociedad? Pongamos algunos ejemplos. Carlos Soria es un montañero que tiene 68 años. Cuenta en su haber 7 ocho miles (cumbres con mas de 8.000 metros de altitud) de los cuales 5 los ha conseguido una vez superados los 60 años. John Dane III es un regatista norteamericano que ha conseguido con 58 años representar en las Olimpiadas de Pekín de su país a pesar llevaba intentándolo desde los 18 años. Joël de Rosnay tiene 71 años y practica el surf 4 horas diarias en las playas de Biarritz. Ray Moon con casi 80 años es el campeón de culturismo de Australia en la categoría de mas de 60 años. Rita Reys acaba de dar un concierto en un carguero en el puerto de Ámsterdam al que asistieron 1.200 personas. Lo que es noticia es que Rita tiene 83 años. Y para terminar con los ejemplos, el reciente candidato a Presidente de los EEUU John McCain cumplió el pasado 29 de agosto, 72 años. Aun mas curioso es que la madre de McCain no solo vive, sino que conduce su propio coche con 96 años.Ustedes pensaran que el nuevo Presidente americano Barack Obama es joven, y esto es cierto, pero también lo es que su Vicepresidente Joe Biden tiene actualmente 66 años. Si hubiera sido un empleado de Telefónica en España, ¡llevaría 18 años prejubilado! Tal vez los dos tandem que se han presentado a las elecciones americanas nos dan una visión de lo que podría ser nuestra sociedad en el futuro. Una sociedad con mayores, con muchos mayores, puede ser mejor que una sociedad sin ellos. Los mayores aportan experiencia, madurez, servicios activos, racionalidad y compromiso. Pero, además, su importancia cuantitativa va ser tal, que tendrán un peso social, político y económico que habrá de ser tenido en cuenta desde todos los puntos de vista. Los políticos se darán cuenta de que los electores de mas de 50 años ya hoy son mayoría del electorado y que por lo tanto deben hacer políticas atractivas para ellos. Las empresas deben ver que el segmento de mercado mas numeroso y posiblemente con mayor capacidad económica son los mayores. Lo importante para la sociedad es que sean mayores activos. Las empresas deben dejar de utilizar la prejubilación como sistema de reducción de plantillas, deben dejar de discriminar por edad, tanto en contrataciones como en despidos, deben de utilizar argumentos de gestión avanzada en que sus plantillas están compuestas de un porcentaje elevado de mayores activos y no utilizar el conocido criterio del rejuvenecimiento. Deben, además, establecer sistemas del aprovechamiento de la capacidad y del compromiso del mayor. No es solo un deseo, es una necesidad, porque la pirámide demográfica es hoy un botijo demográfico sin posibilidad ninguna de reemplazar el talento perdido. Pero, sobre todo, deben tener muy en cuenta, en especial las aseguradoras, que el envejecimiento de la población es un riesgo y una oportunidad para las empresas que sean suficientemente inteligentes e imaginativas. En esta sociedad nueva a la que vamos también es importante que los sindicatos afronten valientemente los periodos de reducción de plantilla sin recurrir sistemáticamente a la solución fácil de la prejubilación y que establezcan un mensaje positivo sobre la capacidad de aportación del mayor. La Administración también tendrá que aportar su grano de arena matizando el mensaje pesimista de la imposibilidad de las pensiones, permitiendo la actividad del mayor en todo momento, incluso después del periodo de prejubilación o jubilación, quitando trabas para que su actividad siga siendo positiva para la sociedad. Por ultimo, esta nueva sociedad con sus oportunidades y sus riesgos políticos sociales y económicos, presupone también un cambio de actitud de los mayores. Este es posiblemente el mayor reto. Deben evitar caer en el ostracismo, ser generosos en la colaboración amplia y abierta con las organizaciones humanitarias, entender que un cierto esfuerzo laboral es básico para su equilibrio personal, trabajar la forma física y la mente a través de la lectura, los viajes y el permanente contacto con los demás, y ser conscientes de su fuerza y asociarse para ejercer su presión. La sociedad esta cambiando. La gente va a permanecer en buena salud física y con capacidades intelectuales prácticamente plenas hasta una edad muy avanzada. El que consiga imaginarse las inquietudes, las necesidades, y los deseos de esta población de mayores activos, tendrá mucho ganado en el mundo de la política, pero sin duda también en el mundo de los negocios.
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